¿Alguna vez has sentido una chispa dentro de ti, una promesa de algo más grande, pero te has quedado paralizado por la duda o el temor?
Esa sensación no es casualidad, es el eco de tu poder interior clamando por ser liberado. A menudo, vivimos nuestras vidas en la superficie de nuestro potencial, como un iceberg mostrando solo una pequeña fracción de su verdadera masa. Pero debajo de esa línea de flotación reside una fuerza inconmensurable, una reserva de energía, creatividad y resiliencia lista para ser desatada.
Este artículo no se trata de soñar con posibilidades lejanas, sino de encender la mecha de la acción que transforma ese potencial latente en una realidad palpable.
Descubriremos cómo dejar de ser espectadores de nuestras vidas y convertirnos en los arquitectos de nuestro propio destino, aprovechando la inagotable fuente de poder que reside en cada uno de nosotros. Prepárate para ir más allá de la contemplación y sumergirte en el movimiento que desbloquea tu verdadero potencial, a través de una de mis historias, que me permitió poner en práctica una vez más el poder extraordinario que está dentro de nosotros.
Durante mucho tiempo soñaba con escribir un libro, sin embargo, las veces que lo intentaba, pasaban por mi mente pensamientos saboteadores, que me hacían dudar de mis capacidades y el nudo en mi estómago era un inquilino constante. Cada mañana, sentía su presión fría recordándome mis limitaciones autoimpuestas. “No vas a poder”, susurraba, haciéndose eco de viejas inseguridades sembradas por algunas personas que habían leído mi manuscrito. Mi vida era una rutina predecible, un capullo de confort endeble tejido con la seda del miedo al fracaso, sin embargo, soñaba con ese proyecto.
Una noche, mientras conversaba con mi esposo, me comenta que tiene un amigo que escribe novelas. Eso me llamó mucho la atención e inmediatamente lo contactamos. Justo a la semana siguiente me incorporé a las actividades en el centro de encuentro. Ese día regresé a casa eufórica, me sentía que había dado muchos pasos y las ganas de continuar con el proyecto florecieron.
Comencé a asistir a los diferentes eventos relacionados con el área, hasta que llegó el gran día: FILVEN 2025. La Feria Internacional del Libro de Venezuela, un evento en el cual nunca había asistido y mucho menos participado. Fueron tres días de encuentros, charlas y presentaciones de libros. El tercer día, tuve la oportunidad de recitar uno de mis poemas. Ese día me sentí como “nata sobre la leche”. Después de ese evento, continué con mis actividades diarias y enfocada más que nunca en mi propósito.
Pasaron los días y mi mente estaba saturada, hasta que me acerqué tímidamente a mi gran amigo y escritor Miguel Molano y le pregunté sobre su trayectoria como escritor de novelas. Su respuesta fue sencilla, pero resonó profundamente: “Norys, el miedo siempre va a estar. Lo importante es no dejar que te ate las manos. El poder para crear, intentarlo, está dentro de uno mismo.”
Sus palabras fueron como una chispa en la maleza seca de mi indecisión. Esa noche, en la soledad de mi alcoba, sentí algo diferente. No era la ausencia del miedo, sino una nueva voz que hablaba más fuerte. Era la certeza de que ese potencial creativo que sentía era real, tangible, y que la única barrera entre él y el mundo era mi propia inacción.
Al día siguiente, hice algo que mi "yo" temeroso jamás se habría atrevido. Saqué mis apuntes y comencé a leerlos nuevamente y a ordenarlos. No pasaban palabras saboteadoras en mis pensamientos, sino un manjar de ideas que iba plasmando en aquellos espacios donde no sabía qué escribir. La vieja voz del miedo intentó colarse, pero la acallé con la satisfacción de ver mis ideas tomando forma.
Con cada palabra y cada párrafo terminado, sentía cómo ese nudo en mi estómago se aflojaba. No era magia, era la simple acción de liberar lo que siempre había estado dentro. Así fui creando cada tema y paso a paso lo que tenía fondo, fue agarrando su forma, lo que alimentaba esa llama interior.
Hoy, mi libro titulado: 70 Temas de superación personal, está publicado y listo para que lo leas. Esto me hizo reflexionar que el verdadero potencial no se descubre pensando, sino haciendo. El poder interior no es una fuerza mística, es la voluntad de levantarse cada día y dar un paso más allá de la propia comodidad, es la decisión consciente de actuar a pesar del miedo. Y esa decisión, la tomé aquel día, impulsada por la simple pero poderosa verdad de que la llave de mi superación siempre estuvo dentro de mí, esperando ser utilizada. La acción fue el primer trazo de un lienzo que aún estoy pintando, lleno de las posibilidades que mi propio poder interior me permite crear.
Eres el dueño de tu poder interior, disfrútalo.
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